KONY Nutrición
domingo 23 de julio de 2017
TIPS KONY STEVIA

¿Ducha fría o caliente?


Se vino el frío y con él los síntomas de fiaca, modorra y un sinfín de sentimientos de vagancia estival, como así también se hace más difícil salir de la cama calentita. Pero también pasa lo contrario en muchas personas, sienten que el frío les pone las pilas y aman el invierno. Kony Nutrición te cuenta qué es lo mejor para combatir las bajas temperaturas y predisponernos con todas las ganas para disfrutar de la jornada diaria.


Siempre es bueno tener en cuenta aquellos consejos que mejorar nuestro bienestar y calidad de vida, y más aún cuando son prácticos y fáciles de implementar. En ediciones anteriores te mencionamos la manera de lograr una respiración saludable a través de ejercicios que podés hacer en tu casa o en la oficina; también te contamos los beneficios que tiene el agua para nuestro organismo y las maneras de crear consciencia a través de su consumo; pero también aprendimos lo que significa el  hambre emocional y la manera en que podemos tener una mejor conducta alimenticia identificando estos principios y ponerlos en práctica para lograr sus beneficios.

De todas formas, frente a las bajas temperaturas, existe un dilema en común: ¿ducha fría o caliente? Y las respuestas son muchísimas, muchos optan por la ducha tonificante helada y otros no toman la ducha si antes el sanitario no parece un sauna. Pero cuál es la mejor desición, te la contamos a continuación:
 

El Chapuzón Helado: la gran costumbre Nórdica



En los países nórdicos, que ya tienen el frío incorporado a su cultura, consideran que la nieve y el agua fría ofrecen una oportunidad para fortalecer el cuerpo y el espíritu y muchos tienen la costumbre de tomar baños helados a la intemperie. ¿Qué opinás? ¿Te animás a salir en traje de baño una de estas mañanas de julio al balcón y tirarte un balde de agua fría en la cabeza? Imaginate lo que sería hacerlo en un lugar con nieve, a quince grados bajo cero. Un ejemplo de esto es en Siberia, en donde los niños a las 7 de la mañana salen al recreo a jugar -como tal vez vos lo hacías en el jardín con la manguera, pero con 30 grados de calor- porque en la escuela sostienen que así los chicos tendrán más hambre durante el desayuno y comenzarán la jornada más atentos, además de fortalecer sus sistema inmunitario.

Con el mismo argumento, en Escandinavia existe la costumbre de dejar a los bebés dormir sus siestas en sus cochecitos a la intemperie, porque se sostiene que cuanto más temprano se empiece a acostumbrar al organismo a las bajas temperaturas, es mejor para que crezcan sanitos.

Sin exagerar hasta ese punto, lo cierto es que una ducha helada o sumergirse en agua fría, en determinadas circunstancias y siempre que no existan contraindicaciones médicas, puede aportar varios beneficios, desde mejorar la circulación de la sangre a fortalecer el sistema inmunológico y, el más conocido, a eliminar los restos de cansancio después de una noche agitada.


 

El baño caliente: costumbre Oriental



Según los turcos y las culturas del Medio Oriente el agua caliente es una fuente invalorable de salud física y mental, por lo que consideran que el baño en los tradicionales hamman, llenos de vapor son los más adecuados para combatir el frío invierno.
El agua posee infinidad de propiedades curativas y se asocia a la purificación y a la sensación de bienestar. En todas las culturas, y especialmente en la andalusí, se ha usado el baño como medida terapéutica. Darse un baño caliente -mucho mejor si es en aguas termales llenas de minerales y oligoelementos con distintas funciones terapéuticas- hace que la temperatura del cuerpo aumente, y esto permite eliminar gérmenes y virus.

Pero no sólo esto, las ventajas y beneficios de un baño caliente preparado como un ritual son conocidas tanto para el cuerpo como para la mente.

En esta época de resfríos y gripes, el vapor de agua actúa como descongestionante natural, lo que alivia molestias en la nariz y ayuda a limpiar las mucosas. Incluso cuando aparecen los primeros síntomas de fiebre, una ducha de agua caliente se recomienda para prevenir un posible estado gripal.

El agua caliente provoca que se dilaten los capilares sanguíneos y así se estimule el intercambio entre la sangre y las células. Cuando la sangre fluye los poros se dilatan, de esta forma las glándulas sudoríparas se estimulan y así el mayor sudor favorece el arrastre de toxinas. De esta manera aumenta el riego sanguíneo, acelera la limpieza y drenaje de la piel, purificando los tejidos.
Con este mismo mecanismo ayuda a combatir la celulitis, ya que ésta es el resultado de la acumulación de toxinas, así que si masajeás con una esponja o un guante de crin, podés aumentar la circulación sanguínea y activar el sistema linfático.
 

También se puede combinar



Decía el médico griego Galeno que lo más recomendable para mantener la salud física y mental era seguir el siguiente esquema: "Un inicial baño en seco, de vapor, tendrá como misión calentar y fundir las materias nocivas del cuerpo y limpiar la piel de impurezas y desigualdades que serán expulsadas con el fuerte sudor provocado". Por sus palabras, entendemos que ya era conocida la propiedad que tenía la sudoración de eliminar las toxinas del cuerpo. Asimismo explicaba que: "El baño de agua muy caliente limpiará los rincones de la epidermis, al penetrar en los poros limpios y retornan la humedad pura a las partes sólidas del cuerpo (carne y huesos) en reemplazo de lo transpirado".

Finalmente prescribe que un baño posterior con agua fría, refrescará el cuerpo contrayendo la piel y cerrando los poros ya limpios. Actualmente se sabe que este baño frío provoca una vasoconstricción compensatoria de la vasodilatación de las fases cálidas del baño. Estos principios son los que se aplican en los circuitos hídricos que se hacen en los spas.

En conclusión, no es que tengas que optar por una u otra costumbre, sino usar los beneficios de cada una para lograr el efecto que necesitás, siempre con la precaución de consultar antes a tu médico para saber si existe alguna contraindicación.
 

GUÍA RÁPIDA PARA DECIDIR

 

Cuándo ducharte con agua fría



- Necesitas sacudir la modorra. El shock frío estimula el estado de alerta y te ayuda a despertarte.
-Vas a salir a la calle en un día muy frío. Tus defensas para prevenir gripes y resfríos aumentan.
-Estás preocupada o bajoneada. El agua fresca despeja la mente y alienta la producción de hormonas que evitan la depresión.
-Tenés ojeras y estás hinchada. El frío contrae los vasos sanguíneos y tensa la piel.
 

Cuándo ducharte con agua caliente



-Estás tensa o muy cansada. El calor relaja los músculos y disminuye la tensión. Un baño de inmersión genera sensación de bienestar y, si le agregás unas gotas de lavanda, te ayuda a inducir el sueño.
-Tratar la celulitis: la celulitis es acumulación de toxinas y el agua caliente las arrastra.
-Estás contracturada: los músculos se distienden con el calor y así alivian los dolores leves causados por el ejercicio o malos movimientos.
-Tenés la nariz tapada: con menta y eucalipto, el vapor del agua caliente te ayuda a descongestionar los senos nasales.

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