KONY Nutrición
jueves 09 de marzo de 2017
RECETARIO KONY STEVIA

¿Qué gusto tiene la sal? Salada! Cómo reducir su consumo


En Kony Nutrición trabajamos continuamente pensando productos sanos y naturales, que le brinden a nuestros consumidores la mejor opción para una correcta y práctica alimentación, pero por sobre todo 0% calorías.


Como parte de esta cultura de trabajo, queremos compartir con todos aquellos que nos eligen, y con aquellos que aún no nos eligieron, todas esas noticias que pueden ayudarnos a mejorar nuestro estilo de vida, y que de a poco podemos incluir como parte de una rutina alimenticia, de belleza, de entrenamiento, del día a día.

Aprender a conocer los alimentos, cuáles son los alimentos más importantes en nuestra dieta y cuáles debemos dejar de lado es algo que podemos incluir dentro de nuestra vida en poco tiempo, y además podemos transmitir de manera sencilla.

Hoy queremos ayudarte a que juntos, fomentemos la reducción en el uso de la sal, y así evitar muchos problemas de tensión y sobre todo crear cultura de buena alimentación; porque no queremos decir que hay que eliminar el uso de la sal, sino hacerlo racionalmente.
 

Menos sal en casa


• Tomar con frecuencia alimentos frescos (frutas y verduras)
• No añadir sal en el cocinado sino cuando el plato está terminado
• Sustituir la sal por otras especias que den sabor
• Lavar antes de utilizar las conservas vegetales y legumbres
 

Menos sal en los restaurantes


• Pedir que preparen tu plato con menos sal
• Si elegimos platos con salsas, pedir que nos las sirvan por separado. Así añadiremos la cantidad deseada y evitaremos el exceso de sal que tienen
 

Consumo por edades


Desde diferentes instituciones sanitarias a nivel mundial, europeo y nacional (OMS, DGSANCO- Comisión Europea, MSPSI-AESAN) se ha alertado sobre el consumo excesivo de sal en la dieta. Recomiendan reducir el consumo de sal a:
• 5g/día para adultos     
• 3 g/día en niños menores de 7 años
• 4g/día en niños con edades entre 7 y 10 años
 

Familiarízate con las etiquetas


La mayoría de los alimentos frescos no contienen sal, este es el caso de frutas y verduras, aunque algunos presentan sodio de forma natural como el marisco y ciertas vísceras (hígado y riñones).
Pero la mayor parte del sodio que ingerimos se encuentra en los alimentos transformados por la adición específica de sal o por la de aditivos que contienen sodio. Por esto, antes de comprarlos conviene comprobar cuánta sal contienen, dato que figura en su lista de ingredientes y en la información nutricional que aparece en su etiquetado.
 

Ventajas de leer las etiquetas de los productos


• Podremos comprobar qué alimentos y bebidas llevan sal añadida o algún conservante que contiene sodio, descubriendo que ciertos tipos de alimentos y bebidas que no se identifican como de sabor salado, llevan cantidades de sal a tener en cuenta.
• Podremos comparar la cantidad de sal de las distintas marcas de un mismo alimento y optar por las que hayan utilizado menos en la fabricación.
• Podremos identificar los tipos de productos que contienen mayor cantidad de sal y de los que conviene no abusar, limitando la frecuencia y/o la cantidad a ingerir en la dieta diaria.
 

Ideas para no pasarse con la sal en la cocina


Alrededor de un 10% del sodio que consumimos está presente en los propios alimentos. Otro 75% se agrega durante el proceso de elaboración -sobre todo en productos precocinados-, y es en la elaboración de los platos en casa donde se suele añadir un 15% más. La organización en la cocina es fundamental para no cometer errores ni tener que desalar los platos una vez que se han cocinado. Algunos consejos prácticos para evitar sorpresas en la mesa son:
·         En los cocidos, no conviene salar ni probar el punto de sal hasta el final.
·         Si queremos alimentos jugosos -sobre todo en las piezas pequeñas, como filetes de pescado, pechugas de aves o carnes nobles- cocinados en la plancha, sazonamos al final.
·         Si buscamos que los aromas penetren en el alimento, sin importar perder unos pocos jugos, hay que sazonar al principio.
·         Para los guisos de larga cocción, sazonamos ligeramente al principio para que las fibras se rompan y haya un intercambio de jugos y aromas entre el alimento que se cocina y el medio donde se prepara. No se añade más sal hasta el final.

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